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martes, 22 de abril de 2014

Socialdemocracia y Eurocomunismo





Es hora ya de hacer autocrítica constructiva que nos sirva para saber lo que tenemos que hacer para combatir el neoliberalismo que, cada vez más, nos esclaviza.

En la década del setenta socialdemócratas y eurocomunistas cometimos un error histórico para la lucha obrera y de las clases humildes y excluidas de la sociedad moderna, esto fue aceptar el mercado como motor de la economía, pensando que desde el Estado se podían poner medidas para controlarlo; esta aceptación supuso que nos cedieran momentáneamente en Europa un estado de Bienestar y unos avances importantes en la conquista de nuestros Derechos y desarrollo Social, en la Sanidad y la Enseñanza, pero a cambio ellos pusieron en práctica sus métodos alienantes a través de su Poder Mediático y su control absoluto de la Enseñanza y formación de los ciudadanos, solapando el poder eclesiástico, haciendo individuos sin capacidad crítica, enganchados a un consumismo atroz de tal manera que transformaron el ímpetu revolucionario de Mayo del 68 en un aburguesamiento masivo de los dirigentes de ese movimiento, de las masas obreras y de los estudiantes, hasta el punto de hacerles pensar que libertad es elegir entre Pepsi-Cola o Coca-Cola, Burger King o Mcdonalds o bien un pantalón Levis o Pepe Jeans, llegando la gente a pensar que la felicidad es tener una segunda vivienda en el monte o en la playa, cambiar de coche, televisor y lavadora cada 2 años, o de ropa, móvil y peinado cada 6 meses, siendo la aspiración máxima de esos individuos tener una pizza y un Red Bull, mientras espera sentado en el sofá que Messi meta un gol para salir sonriendo a la calle (No estoy mucho en el tema, pero parece que ahora tiene que marcar el gol un Cristiano por eso Rouco Varela, el ministro del Interior y otros salen tanto en la moviola) Con esto la mayoría de los obreros se transformaron en burgueses alineados, rematando la lucha de clases, imprescindible para ganarles la partida al imperialismo neoliberal.

 No seré yo quien diga que en aquellos tiempos se habría podido hacer algo mejor que alistarse en la Socialdemocracia o en el Eurocomunismo para favorecer a la clase obrera, mas estamos en hoy, y por tanto el reconocimiento de ese error histórico tiene que servir para corregirlo y volver a ser obreros y estudiantes revolucionarios, renunciando al consumismo y perpetrar lucha de clases para derrotar, en primer lugar, el Mercado e implantar la Economía Planificada, al menos en los sectores que implican los Derechos Humanos Fundamentales: Alimentación y Energía, Trabajo, Vivienda, Sanidad y Enseñanza; en segundo lugar acabar con la idea de la empresa neoliberal (es un ente para el lucro del empresario) y en consecuencia lleva implícita la explotación de los trabajadores; y por último establecer de una manera efectiva Naciones y Estados Republicanos, Democráticos y totalmente Laicos.

Nada de este proceso revolucionario debe asustarnos porque la lucha va a ser pacífica y sin violencia, sí bien contundente y de Insumisión para las Leyes y Órdenes abusivas e imperialistas; de acción permanente y asfixiante para el poder, pero sobre todo tiene que ser de participación masiva ya que somos más de un 90% los perjudicadas, agredidos y desposeídas de nuestros Derechos. La lucha será por la Democracia seria, con un sistema Electoral Proporcional puro y mejorado de tal manera que todos los votos tengan representación parlamentaria. Eso sí, los partidarios de dar el poder la izquierda tienen que exigirles, una vez en el poder, que promuevan programas socialistas tales cómo que los emprendedores en vez de ir la escuelas neocapitalistas para ser empresarios y explotar a las trabajadores, se formen para ser cooperativistas y gestionar las empresas de forma asamblearia en la búsqueda de dar un servicio o producir un bien que necesiten las ciudadanos en función de una Economía Planificada (y no por el lucro) siendo este también el objetivo en la Universidad, Investigación, etc.

La izquierda en el poder tiene que conseguir hacer públicas (de todos) las empresas que produzcan bienes y servicios fundamentales (ya mencionados antes). La izquierda en el poder tiene que lograr una Sociedad Republicana, Democrática y totalmente Laica, de hecho y de derecho, sin participar en actos de liturgia de ninguna religión; así mismo implantar, sin ningún tipo de represión: el derecho a decidir de las personas sobre su cuerpo y su Vida (y muerte); su libertad de pensamiento, información, expresión, reunión y uso responsable de los Recursos de la Naturaleza. La izquierda en definitiva tiene que manifestar con claridad que la riqueza no la produce el capital, si no el Trabajo de cada uno de las ciudadanos, después ser consecuentes cuando alcance el Poder.